La lengua es un órgano que, entre otras funciones importantes, nos ayuda a degradar alimentos y nos permite el habla, razón con la cual soñar con lengua, según el contexto, se vincula con habladurías, críticas e incluso adquiere connotaciones sexuales.
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La lengua en los sueños |
A continuación detallaremos algunas posibles interpretaciones de la lengua en los sueños.
Soñar que tenemos pelos en la lengua
Mostrarle la lengua a alguien en los sueños
significa que nos veremos envueltos en peleas, pero seremos capaces de reconocer nuestros errores y nuestra impulsividad.Soñar que otra persona nos muestra su lengua
representa el deseo sexual hacia ese individuo. Puede estar relacionado con nuestros sentimientos, aunque usualmente se basa solo en la atracción física.Soñar con lengua de serpiente
Soñar que estamos con personas con lengua de víbora
anuncia una pronta reunión, en donde los ausentes serán víctimas de calumnias y críticas destructivas. Es importante recordar el significado de las serpientes en los sueños para ser más precisas en esta interpretación.Cortarle la lengua a alguien más
quiere decir que esa persona ha dicho algo que no ha sido de nuestro agrado, ya que nos ha perjudicado directamente o indirectamente. También puede referirse, al daño que ese comentario ha causado, en alguna persona de nuestro entorno, y nuestra impotencia frente a tal situación.Soñar con lengua enferma
es señal que estamos hablando mal de una persona que no se lo merece, quizás por envidia o celos.Soñar con lengua con sangre
simbolizan los chismes en los que estamos envueltos, así como también nuestra prudencia al momento de expresarnos, por temor a la opinión ajena. Además puede interpretarse como impotencia sexual.Soñar que me arranco la lengua quiere decir que somos propensos a ser provocados. Dejemos un poco de lado nuestro orgullo y no entremos en ese juego, porque éste solamente nos ocasionará disputas y conflictos en nuestro entorno.
En términos generales, la lengua en los sueños puede ser interpretada como una advertencia acerca del poder de nuestras palabras, y el daño que generan sobre nuestro entorno, o también como un sentimiento de impotencia frente a la deslealtad, falsedad e hipocrecía de las personas que nos rodean.